La Virgen de la Caridad del Cobre ya está en los jardines vaticanos
(RV).- (con audio) Mientras las campanas
de varias iglesias de Cuba tañían uniéndose espiritualmente a la imagen de la Patrona
de los cubanos que permanecerá en el Vaticano, se celebró este jueves 28 de agosto
un encuentro de oración en los jardines vaticanos, para el acto de colocación de una
copia de la Virgen de la Caridad del Cobre, que lleva en su brazo izquierdo al Niño
Jesús, quien en una mano tiene un globo terráqueo. Una copia de la imagen milagrosa
que hace más de cuatro siglos, dos indígenas y un niño esclavo negro de diez años
de edad encontraban después de una tormenta, en las aguas de la Bahía cubana de Nipe.
Acto que anunció el mismo Papa Francisco en su audiencia general:
Mañana
tendrá lugar en los jardines del Vaticano la colocación de una imagen de la Virgen
de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Saludo con afecto a los obispos de Cuba,
venidos a Roma para esta ocasión, a la vez que les pido hacer llegar mi cercanía y
bendición a todos los fieles cubanos. Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa les
cuide. Muchas gracias.
Benedicto XVI se sumó a la alegría de este
momento solemne y familiar, haciendo llegar sus saludos, en el recuerdo de cuando
como peregrino de la Caridad, llegó al Santuario de «la Mambisa», advocación cariñosa
con la que los cubanos invocan a Nuestra Señora, el 27 de marzo de 2012, en el Viaje
Apostólico que le llevó a México y a la República de Cuba. A Ella le encomendó el
Papa Ratzinger el futuro de la isla avanzando por caminos de renovación y esperanza,
edificando la vida sobre la roca firme que es Jesucristo: «que nada ni nadie les quite
la alegría interior, tan característica del alma cubana»:
Queridos
hermanos y hermanas: He venido como peregrino hasta la casa de la bendita
imagen de Nuestra Señora de la Caridad, «la Mambisa», como ustedes la invocan afectuosamente.
Su presencia en este poblado de El Cobre es un regalo del cielo para los cubanos. Deseo
saludar cordialmente a los aquí presentes. Reciban el cariño del Papa y llévenlo por
doquier, para que todos experimenten el consuelo y la fortaleza en la fe. Hagan saber
a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro
de su Patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien
de todos los cubanos. También he suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades
de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos
o pasan por graves momentos de dificultad. He puesto asimismo en su inmaculado Corazón
a los jóvenes, para que sean auténticos amigos de Cristo y no sucumban a propuestas
que dejan la tristeza tras de sí. Ante María de la Caridad, también me he acordado
de modo particular de los cubanos descendientes de aquellos que llegaron aquí desde
África, así como de la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias
del conocido terremoto de hace dos años. Y no he olvidado a tantos campesinos y a
sus familias, que desean vivir intensamente en sus hogares el evangelio, y ofrecen
también sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía. A
ejemplo de la Santísima Virgen, animo a todos los hijos de esta querida tierra a seguir
edificando la vida sobre la roca firme que es Jesucristo, a trabajar por la justicia,
a ser servidores de la caridad y perseverantes en medio de las pruebas. Que nada ni
nadie les quite la alegría interior, tan característica del alma cubana. Que
Dios les bendiga.