En misión de carácter humanitario, “las esperanzas de estas personas son las mías”.
Entrevista al Cardenal Filoni
(RV).- (Con audio) Inmediatamente después
del regreso de su misión a Irak el Cardenal Filoni fue recibido por el Santo Padre.
El cardenal permaneció más de una semana en el país para llevar la solidaridad concreta
del Papa a los iraquíes desplazados, expulsados de sus hogares por la violencia de
las milicias del ISIS. Sobre el encuentro con el Papa, el Cardenal Filoni habló ante
el micrófono de nuestro colega del programa italiano Sergio Centofanti: R. -
Fue muy bello porque el Papa quiso recibirme inmediatamente después de mi regreso
- esto demuestra su sensibilidad - para conocer directamente de mí lo que vi y lo
que sentí después de visitar a nuestros cristianos, a los yazidíes, en esta semana
que estuve en Irak. Así que estaba muy atento. El Papa prefirió escuchar; me dejó
hablar libremente y, obviamente, tomó a corazón todas las situaciones de las que le
hablé: las expectativas de nuestros cristianos, las preocupaciones, y las que son,
un poco, las líneas de la Iglesia. Él recibió con placer las líneas adoptadas por
la Iglesia local. Puedo decir que el encuentro fue bello; el Santo Padre estaba muy
atento y partícipe en lo que decía.
P. - ¿Hubo alguna palabra del Papa que
le llamó la atención en particular?
R. - Como dije, el Santo Padre estaba
muy atento a cuanto le decía y prefería escuchar
P. - Usted ha estado entre
esas minorías, entre los cristianos, e incluso también entre los yazidíes. El problema
hoy es cómo ayudar a estas personas desplazadas, cómo detener al agresor...
R.
- Por el momento, creo que a este punto todo el mundo es consciente de la urgencia
inmediata de acomodar a estas familias desplazadas. Creo que ahora todo el mundo ha
podido ver la situación en la que viven: cualquier lugar donde haya un prado, una
habitación, un lugar que se les ofrezca, ha sido ocupado; todo esto teniendo naturalmente
presente que durante el período más caluroso de todo el año – con 47-48 grados- los
refugios, la necesidad de agua, la necesidad de lavarse, de estar un poco a la sombra…son
cosas a tener absolutamente de modo inmediato para ayudar a estas personas, especialmente
a los niños, los ancianos, los enfermos ... Favorecer a estas personas, ofrecerles
un refugio. Después de esto todos se preguntan con razón cuánto tiempo durará esta
situación, qué cosa nos espera. Y sobre esto tenemos obviamente esperanza, pero tenemos
que ver la realidad. Cierto, nuestros cristianos, muchos de los cuales desean regresar,
anhelan ver – regresando- que los pueblos tengan una cintura de seguridad- piden que
sea posiblemente internacional, que les asegure la reanudación de una vida normal.
P.
- Ahora la crisis iraquí parece haber alcanzado un punto de inflexión, después del
bárbaro asesinato del periodista estadounidense que ha despertado un poco el horror
de todo el mundo. ¿Cómo ve la situación?
R. - Quedo un poco con los pies sobre
la tierra, porque mientras los pueblos estén ocupados, la gente no retoma confianza,
no comienza a volver, a regresar a sus hogares, sus propias cosas y actividades, sólo
podemos hacer suposiciones. Así que si hay un inicio, esperamos que se concrete; esperamos
que esta certeza retorne y que este cinturón de seguridad les sea garantizado. Sólo
entonces la cuestión estará efectivamente a buen punto.
P. - Su misión ha sido
una misión delicada, difícil, también agotadora. Un balance de este viaje ...
R.
- Yo diría que mi misión ha sido, ante todo y en primer lugar - por no decir exclusivamente
- de carácter humanitario. Por lo tanto, desde este punto de vista, no han habido
cuestiones políticas o de otro tipo dentro del ámbito de mi misión. Me alegra haber
podido realizar esta misión humanitaria, porque para mí ha sido un regreso en esta
tierra que conozco y que amo desde hace tanto tiempo, ver de nuevo a tantas personas
que están comprometidas en actividades de ayuda, y luego, dar una palabra de esperanza,
de confianza y de aliento. Ellos tenían necesidad de hacerse escuchar. Por lo tanto
escucharles ha sido muy útil para conocer sus aspiraciones; pero también fue útil
porque para ellos fue como un desahogo: “¿Quién escucha nuestras preocupaciones? ¿Quién
oye?”. Así que, poderlas reportar, difundir, hacerlas conocer, se convierte también
en un modo de decirles a nuestros hermanos y hermanas: “No es que no se les escucha,
ustedes están siempre al ápice de nuestra atención”. Para mí también fue un momento
muy bello espiritualmente, porque estar cercano al sufrimiento de tantos hermanos
y hermanas ayuda a no ver estos problemas desde lejos, como cosas que no nos respectan,
y por lo tanto, a ser partícipes. Debo decir que en esto he sido contracambiado con
tanto afecto, con tanta generosidad, con la sonrisa de tantos niños, con la amabilidad
de tantos hombres y mujeres que vinieron a hacerse acariciar, que querían besar la
mano, el anillo, recibir una bendición, pedir una oración ... Ha sido muy bello y
emocionante.
P. - Se habla de 120 - 130.000 personas sin hogar. Nosotros hablamos
de cifras, usted ha visto los rostros...
R. - Las imágenes, sin duda, más
vivas son aquellas relativas a las personas que lo han perdido todo, pero yo diría
aún más: quien ha perdido todo, pero ha conservado su vida, y no ha sufrido daños
en sus familiares y amigos, es ya -se podría decir- una fortuna. Pero cuando se encuentra
a hombres, mujeres, niños, ancianos sobre todo junto con niños, a algunas mujeres
que han sido víctimas - hablo en particular de la comunidad Yazidí, donde los hombres
fueron asesinados, y las mujeres fueron secuestradas, abusadas, vendidas - ..esto
es angustiante. Sus rostros eran los de gente que mira hacia el vacío, perdidos en
un futuro que no tiene modo de ser comprensible. Pensemos, por ejemplo, que una mujer
en el Medio Oriente siempre necesita de la presencia de un hombre – de un papá, un
hermano, un marido – que sea casi la “garantía” de su vida de acuerdo a su cultura.
Ahora, quien ya no tiene más a una persona - un hombre - que pueda cuidarla…¿qué será
de su futuro? No es como en Occidente, en donde una mujer puede incluso construir
una vida con sus propias capacidades y su propia fuerza. Así que, esto se convierte
en algo muy, muy doloroso; la mirada de estas mujeres sentadas, desplomadas, carentes
de expresión…fue muy impresionante.
P. - A este punto, ¿cuáles son sus esperanzas
concretas?
R. - Mis esperanzas concretas las comparto con aquellas de estas
personas. Si nosotros logramos darles la seguridad de regresar, esta esperanza, también
es la mía. (GM – RV)