Con Jesús y san Cayetano, los necesitados vamos al encuentro de los más necesitados,
Papa Francisco
(RV).- (Con audio) “Buenas tardes, como
todos los años, después de recorrer la fila, hablo con ustedes. Esta vez la fila la
recorrí con el corazón. Estoy un poquito lejos y no puedo compartir con ustedes este
momento tan lindo. Este momento en que ustedes están caminando hacia la imagen de
San Cayetano. ¿Para qué? Para encontrarse con él, para encontrarse con Jesús...” Francisco
07-08-13
Es una fila doble de cuadras y cuadras que algunos inician más de
un mes antes -durmiendo en carpa- para entrar primeros cuando a las 12 de la noche
en punto, del seis de agosto se abren solemnemente las puertas del santuario de san
Cayetano en Liniers, patrono en Argentina del pan y del pan y del trabajo. La fila
de la derecha puede tocar la vitrina del santo. La de la izquierda pasa a unos dos
metros de la
San Cayetano es un sacerdote italiano que vivió entre 1480 y
1547, era graduado en derecho civil y canónico, ayudante en su momento del Papa Pablo
IV con quién fundo los Teatinos, pero renunció a los cargos que le ofrecían para dedicarse
a los enfermos y pobres de Vicenza.
Hace ya mucho tiempo, alguien puso en la
capilla del colegio de Liniers, Buenos Aires, una imagen del santo, alta de un metro,
de sotana y estola de sacerdote con Jesús niño en sus brazos. Llegó a rezar un campesino
que pidió lluvia en tiempo de gran sequía y obtuvo una cosecha abundante. Como signo
de eterna gratitud san Cayetano tiene consigo unas espigas de trigo, desde aquel momento,
como aparece en todas las estampitas, representaciones y fotos, también en los altares
personales y familiares, designado por muchedumbre de devotos testigos de sus milagros,
patrono del pan y del trabajo en todo el país.
Cada 7 de agosto, Liniers especialmente,
se transforma en espacio de una manifestación religiosa que resulta también un reclamo
social y político, porque la muchedumbre agradece y pide a Dios la dignidad del pan
y del trabajo. La falta de pan y de trabajo es un escándalo, cuyo rugido no muerde
las vísceras de los imponen como centro el dinero y no al hombre aunque él y su familia
estén heridos. La dignidad destrozada por la imposibilidad de tantos, de llevar el
pan a la mesa de los hijos con el trabajo -que atenta contra el mandato de Dios: “ganaras
el pan con el sudor de tu frente”- es un problema que no por ser mundial me quita
la responsabilidad que a mi a vos nos tocan. Y es una preocupación importante de Papa
Francisco.
Como arzobispo de Buenos Aires Bergoglio estaba siempre en San Cayetano
para la misa principal y metido entre la fila de la gente, como uno más que agradecía
y pedía con ellos el pan y el trabajo. El año pasado, para la fecha, envió un video
mensaje. Transcripción completa del video mensaje del Papa
para san Cayetano 2013
“Buenas tardes, como todos los años, después de
recorrer la fila, hablo con ustedes. Esta vez la fila la recorrí con el corazón. Estoy
un poquito lejos y no puedo compartir con ustedes este momento tan lindo. Este momento
en que ustedes están caminando hacia la imagen de San Cayetano. ¿Para qué? Para encontrarse
con él, para encontrarse con Jesús.
Pero hoy, el lema de esta peregrinación,
lema elegido por ustedes, seleccionado entre tantas posibilidades, hoy el lema habla
de otro encuentro, y dice: “Con Jesús y san Cayetano, vayamos al encuentro de los
más necesitados”. Habla del encuentro de las personas que necesitan más, de aquellos
que necesitan que les demos una mano, que los miremos con cariño, que compartamos
su dolor o sus ansiedades, sus problemas. Pero lo importante no es mirarlos de lejos,
o ayudarlos desde lejos. ¡No, no! Es ir al encuentro. ¡Eso es lo cristiano! Eso lo
que nos enseña Jesús: Ir al encuentro de los más necesitados. Como Jesús que iba siempre
al encuentro de la gente. Él iba a encontrarlos. Salir al encuentro de los más necesitados.
A veces yo le pregunto a alguna persona: - ¿Usted da limosnas? Me dicen:
“Sí, padre”. - Y cuando da limosnas, ¿mira a los ojos de la gente que le da las
limosnas? - “Ah, no sé, no me di cuenta”. - “Entonces no lo encontró. Le tiró
la limosna y se fue. Cuando usted da limosna, ¿toca la mano o le tira la moneda?” -
“No, le tiro la moneda” Y no lo tocaste, y si no lo tocaste, no te encontraste con
él”.
Lo que Jesús nos enseña es primero a encontrarnos, y en el encuentro,
ayudar. Necesitamos saber encontrarnos. Necesitamos edificar, crear, construir, una
cultura del encuentro. Tantos desencuentros, líos en la familia, ¡siempre! Líos en
el barrio, líos en el trabajo, líos en todos lados. Y los desencuentros no ayudan.
La cultura del encuentro. Salir a encontrarnos. Y el lema dice, encontrarnos con los
más necesitados, es decir, con aquellos que necesitan más que yo. Con aquellos que
están pasando un mal momento, peor que el que estoy pasando yo. Siempre hay alguien
que la pasa peor, ¿eh? ¡Siempre! Siempre hay alguien. Entonces yo pienso, estoy pasando
un mal momento, vengo a la cola para encontrarme con San Cayetano y con Jesús, y después
salgo a encontrarme con los demás, porque siempre hay alguien que la pasa peor. Con
esos, es con quienes nos debemos encontrar.
Gracias por escucharme, gracias
por venir aquí hoy, gracias por todo lo que llevan en el corazón. ¡Jesús los quiere
mucho! ¡San Cayetano los quiere mucho! Solamente les pide una cosa: ¡Que se encuentren!
¡Que vayan y busquen y encuentren al que más necesita! Pero solos no. ¡Con Jesús,
con San Cayetano! ¿Voy a convencer a otro que se haga católico? ¡No, no, no! ¡Vas
a encontrarlo, es tu hermano! ¡Eso basta! Y lo vas a ayudar, lo demás lo hace Jesús,
lo hace el Espíritu Santo.
Acordate bien: Con San Cayetano, los necesitados,
vamos al encuentro de los más necesitados. Con Jesús, los necesitados, los que más
necesitan, vamos al encuentro de los que más necesitan. Y ojalá Jesús te vaya marcando
camino para encontrarte con quien necesita más. Tu corazón, cuando te encuentres con
aquél que más necesita, ¡se va a empezar a agrandar, agrandar, agrandar! Porque el
encuentro multiplica la capacidad del amor. El encuentro con otro, agranda el corazón.
¡Animate! “Sólo no se cómo hacer”. ¡No, no, no! ¡Con Jesús y con San Cayetano!
Que
Dios te bendiga y que termines bien el día de San Cayetano. Y por favor, no te olvides
de rezar por mí. Gracias”.