(RV).- (Con audio)
La historia continúa
cargándose de muertos y heridos por miles y de tantos niños huérfanos que juegan entre
ruinas de hogares, escuelas, hospitales y edificios abandonados por el miedo, porque
hay gente que lucra con la guerra.
En Medio Oriente las “treguas” sirven para
reproyectar tácticas y estrategias que den mayor potencia letal y destructiva a las
armas. Y no para pensar que también ésta es una “masacre inútil”, como recordó Francisco
Papa de la primera Guerra Mundial, y como son todas estas peleas: “masacres inútiles”. Treguas
que no son para detener definitivamente la muerte de inocentes y resolver diplomáticamente
la contienda, porque detrás está la gente que quiere la guerra, que necesita que haya
guerra, que alimenta la guerra con título y traje diplomático.
Otra “cortina
de humo” más es la noticia de la entrada de expertos en la zona del avión malasino
abatido, porque los de Inteligencia ya sabían de antes quien es el responsable y quien
es el que gana con la guerra constante y en todas partes.
El objetivo es que
no haya paz, que haya guerra. Además de los que empuñan las armas con la fuerza asesina
y destructiva del odio, para gozar enfermamente el poder de sembrar el miedo, la confusión,
están los más grandes terroristas, que poseídos y dominados por el espíritu de codicia,
lucran inescrupulosamente con la guerra considerándose dueños de la vida de otros
seres humanos. “No matarás”, dice el mandamiento.
Conocemos el viejo dicho
que afirma que “a las armas las carga el diablo”. Deberíamos agregar que antes de
cargar las armas para que reine el genocidio y la destrucción, el demonio posee el
corazón de algunos y los domina con la infección del espíritu de codicia.
El
Obispo de Roma insistió una vez más: "Les suplico que se detengan. Se los pido con
todo mi corazón". Y continúa exhortando a la oración de todos por la paz. Jesús
que dice: “No se puede servir a Dios y al dinero”, dice también: “Felices los que
trabajan por la paz”.