En el hogar de Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, nació María, cadena que transmite
el amor de Dios al mundo, recordó el Papa
(RV).- (con audio) Con los santos Joaquín
y Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús, el Papa Francisco destacó la
importancia de la familia y de los abuelos, con el telón de fondo de la quinta jornada
de la intensa JMJ de Río de Janeiro, en el rezo del Ángelus: «la Hora de María,
como se llama en Brasil a este rezo y a esta hora», recordó el Papa
«Como una
gran familia que se dirige a María para que proteja nuestros hogares en los que se
sienta la presencia de su Hijo Jesús»: desde el balcón del Arzobispado de Río de Janeiro,
el Papa Francisco dirigió el rezo del Ángelus ante los miles de fieles y peregrinos
de la JMJ allí congregados el mediodía de ese viernes, 26 de julio de 2013.
Francisco
recordó que la Iglesia celebra a los padres de la Virgen María, los abuelos de Jesús:
los santos Joaquín y Ana. «En su casa vino al mundo María, trayendo consigo el extraordinario
misterio de la Inmaculada Concepción; en su casa creció acompañada por su amor y su
fe; en su casa aprendió a escuchar al Señor y a seguir su voluntad».
El Papa
destacó la importancia de la familia y de los abuelos: «¡Qué importantes son en la
vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial
para toda sociedad! ¡Y qué importante es el encuentro y el diálogo intergeneracional,
sobre todo dentro de la familia. El Documento conclusivo de Aparecida nos lo recuerda:
«Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos!». «Los niños porque llevarán
adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría
de su vida».
(CdM – RV)
Palabras del Papa sobre los Santos Joaquín
y Ana:
Queridos hermanos y amigos ¡Buenos días!
...Hoy
la Iglesia celebra a los padres de la Virgen María, los abuelos de Jesús: los santos
Joaquín y Ana. En su casa vino al mundo María, trayendo consigo el extraordinario
misterio de la Inmaculada Concepción; en su casa creció acompañada por su amor y su
fe; en su casa aprendió a escuchar al Señor y a seguir su voluntad. Los santos Joaquín
y Ana forman parte de esa larga cadena que ha transmitido el amor de Dios, en el calor
de la familia, hasta María que acogió en su seno al Hijo de Dios y lo dio al mundo,
nos los ha dado a nosotros. ¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado
para transmitir la fe! Refiriéndome al ambiente familiar quisiera subrayar una cosa:
hoy, en esta fiesta de los santos Joaquín y Ana, se celebra, tanto en Brasil como
en otros países, la fiesta de los abuelos. Qué importantes son en la vida de la familia
para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad.
Y qué importante es el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro
de la familia. El Documento conclusivo de Aparecida nos lo recuerda: “Niños y ancianos
construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia,
los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida” (n. 447).
Esta relación, este diálogo entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar
y alimentar. En estas Jornadas de la Juventud, los jóvenes quieren saludar a los abuelos.
Los saludan con todo cariño y les agradecen el testimonio de sabiduría que nos ofrecen
continuamente.