¿Me parezco a Judas o a María, que llora a su Jesús?, el Papa en su homilía del Domingo
de Ramos
(RV).- (Con audio y video) ¿Dónde está mi corazón?
¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación es difícil, me lavo las manos
y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a las personas?
¿Quién soy yo? ¿Me parezco a Judas o a María, que llora a su Jesús? ¿Quién soy yo,
ante mi Señor?, son algunas de las preguntas que el Papa hizo en su homilía de este
Domingo de la Pasión del Señor, que abre la Semana Santa. (MFB - RV)
Texto
completo de la homilía del Santo Padre Francisco:
Esta semana comienza
con una procesión festiva con ramas de olivo: todo el pueblo acoge a Jesús. Los niños
y los jóvenes cantan, alaban a Jesús. Pero esta semana va adelante en el misterio
de la muerte de Jesús y de su resurrección.
Hemos escuchado la Pasión del
Señor. Nos hará bien preguntarnos ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo ante mi Señor? ¿Quién
soy yo, delante de Jesús entrando en Jerusalén en este día de fiesta? ¿Soy capaz de
expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo las distancias? ¿Quién soy yo, delante de
Jesús que sufre? Hemos oído muchos nombres: tantos nombres.
El grupo de líderes
religiosos, algunos sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que había
decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad de apresarlo ¿Soy yo como uno de
ellos? Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30 monedas. ¿Yo soy como Judas? Hemos
escuchado otros nombres: los discípulos que no entendían nada, que se quedaron dormidos
mientras el Señor sufría.
¿Mi vida está dormida? ¿O soy como los discípulos,
que no entendían lo que era traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería
resolver todo con la espada: soy yo como ellos? ¿Yo soy como Judas, que finge amar
y besa Maestro para entregarlo, para traicionarlo? ¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como
aquellos líderes religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal y buscan falsos
testigos? ¿Soy yo como ellos?
Y cuando hago estas cosas, si las hago, ¿creo
que con esto salvo al pueblo? ¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación
es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar –
o condeno yo – a las personas? ¿Soy yo como aquella muchedumbre que no sabía bien
si estaba en una reunión religiosa, en un juicio o en un circo, y elije a Barrabás?
Para ellos es lo mismo: era más divertido, para humillar a Jesús. ¿Soy yo
como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten con
la humillación del Señor? ¿Soy yo como el Cireneo que regresaba del trabajo, fatigado,
pero que tuvo la buena volunta de ayudar al Señor a llevar la cruz? ¿Soy yo como aquellos
que pasaban delante de la Cruz y se burlaban de Jesús?: “¡Pero... tan valeroso! ¡Que
descienda de la cruz, y nosotros creeremos en Él!”.
La burla a Jesús… ¿Soy
yo como aquellas mujeres valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba allí, y sufrían
en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo escondido, que lleva el cuerpo de Jesús
con amor, para darle sepultura? ¿Soy yo como estas dos Marías, que permanecen en la
puerta del Sepulcro, llorando, rezando? ¿Soy yo como estos dirigentes que al día siguiente
fueron a los de Pilato para decir: “Pero, mira que éste decía que habría resucitado;
pero que no venga otro engaño”, y frenan la vida, bloquean el sepulcro para defender
la doctrina, para que la vida no salga afuera? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de
éstas personas yo me parezco?
Que esta pregunta nos acompañe durante toda
la semana.
(Traducción de Eduardo Rubió y María Fernanda Bernasconi – RV).