“Que todos sean una sola cosa”: Invocación del Papa durante la Audiencia General recordando
la Semana de oración por la unidad de los cristianos
(RV).- (Audio).- Como cada miércoles
la Plaza de San Pedro volvió a ser escenario de la Audiencia General del Papa. Ante
miles de fieles y peregrinos Francisco dedicó su catequesis a reflexionar sobre la
Semana de oración por la unidad de los cristianos: “un tiempo dedicado a la oración
para seguir la voluntad de Cristo”. El Obispo de Roma recordó que cada año un grupo
ecuménico de una región del mundo, bajo la guía del Consejo ecuménico de las Iglesias
y del Pontificio Consejo para la unidad de los cristianos, sugieren un tema para la
Semana de Oración. Este año, la pregunta es: “¿Acaso está dividido Cristo?”.
No, Cristo no está dividido, dijo el Papa. “Sin embargo, notó, debemos reconocer con
dolor que en nuestras comunidades se dan divisiones que son un escándalo y que afectan
a la credibilidad y eficacia de nuestro compromiso evangelizador”. “También nosotros,
a pesar del sufrimiento causado por las divisiones, debemos aprender a reconocer con
gozo los dones que Dios ha concedido a otros cristianos, y a recibirlos con un corazón
grande y generoso. Y para esto se requiere humildad, reflexión y una continua conversión”.
(RC-RV) Resumen de su catequesis y palabras del Papa en nuestro idioma: Queridos hermanos
y hermanas: Estamos celebrando la semana de oración por la unidad de los
cristianos, que concluirá el próximo sábado, fiesta de la Conversión de san Pablo.
Se trata de un tiempo dedicado a la oración para que, como quiere el Señor, todos
los bautizados seamos una sola familia (cf. Jn 17,21). El tema propuesto para este
año se refiere a la pregunta que san Pablo dirigió a los cristianos de Corinto, que
se encontraban divididos en distintas facciones: «¿Acaso está dividido Cristo? (1
Co 1,13). No, Cristo no está dividido. Sin embargo, debemos reconocer con dolor que
en nuestras comunidades se dan divisiones que son un escándalo y que afectan a la
credibilidad y eficacia de nuestro compromiso evangelizador. Ahora bien, Pablo no
sólo les reprende por sus disputas, sino que también da gracias a Dios por los dones
que ha derramado en ellos. También nosotros, a pesar del sufrimiento causado por las
divisiones, debemos aprender a reconocer con gozo los dones que Dios ha concedido
a otros cristianos, y a recibirlos con un corazón grande y generoso. Y para esto se
requiere humildad, reflexión y una continua conversión. Saludo con afecto a los peregrinos
de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, Argentina, México
y otros países latinoamericanos. Invito a todos a que llenos de gozo por el don de
la filiación divina recibida en el bautismo, sepamos reconocer con alegría y humildad
los dones que Dios concede a otros cristianos. Que Dios les bendiga.
Texto
definitivo de la Catequesis del Papa en español traducida del italiano:
Queridos hermanos
y hermanas, ¡buenos días!
el sábado pasado ha comenzado la Semana de Oración
por la unidad de los cristianos, que se concluirá el próximo sábado, fiesta de la
Conversión de San Pablo apóstol. Esta iniciativa espiritual, como nunca preciosa,
involucra a las comunidades cristianas hace más de cien años. Se trata de un tiempo
dedicado a la oración por la unidad de todos los bautizados, según la voluntad de
Cristo: “que todos sean una sola cosa” (Jn 17,21). Cada año, un grupo ecuménico
de una región del mundo, bajo la guía del Consejo Ecuménico de las Iglesias y del
Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sugiere el tema
y prepara los subsidios para la Semana de oración. Este año tales subsidios provienen
de las Iglesias y Comunidades eclesiales de Canadá y hacen referencia a la pregunta
dirigida por San Pablo a los cristianos de Corinto: “¿Acaso está dividido Cristo?”
(1 Cor 1,13).
Ciertamente Cristo no ha sido dividido. Pero debemos reconocer
sinceramente, con dolor, que nuestras comunidades continúan a vivir divisiones que
son de escándalo. ¡La división entre nosotros cristianos es un escándalo! No hay otra
palabra: ¡un escándalo! “Cada uno de ustedes – escribía el Apóstol – dice: “Yo soy
de Pablo”, “Yo en cambio soy de Apolo”, “Y yo de Cefa”, “Y yo de Cristo” (1,12).
También aquellos que profesaban a Cristo como su cabeza no son aplaudidos
por Pablo, porque usaban el nombre de Cristo para separarse de los otros al interior
de la comunidad cristiana. ¡Pero el nombre de Cristo crea comunión y unidad, no división!
Él ha venido para hacer comunión entre nosotros, no para dividirnos. El Bautismo
y la Cruz son elementos centrales del discipulado cristiano que tenemos en común.
Las divisiones en cambio debilitan la credibilidad y la eficacia de nuestro compromiso
de evangelización y arriesgan con vaciar la Cruz de su potencia. (1,17).
Pablo
reprende a los corintios por sus disputas, pero también da gracias al Señor "por la
gracia de Dios que les ha sido dada en Cristo Jesús, porque en él han sido enriquecidos
de todos los dones, aquellos de la palabra y aquellos del conocimiento” (1,4-5). Estas
palabras de Pablo no son una simple formalidad, sino el signo de que él ve ante todo
– y de esto se alegra sinceramente- los dones hechos por Dios a la comunidad. Esta
actitud del Apóstol es un estímulo para nosotros y para cada comunidad cristiana a
reconocer con alegría los dones de Dios presentes en otras comunidades. No obstante
el sufrimiento de las divisiones, que lamentablemente todavía permanecen, acogemos,
las palabras de Pablo como una invitación a alegrarnos sinceramente de las gracias
concedidas por Dios a otros cristianos. Tenemos el mismo Bautismo, el mismo Espíritu
Santo que nos ha dado las gracias, reconozcamos y alegrémonos.
Es bello reconocer
la gracia con la cual Dios nos bendice y, todavía más, encontrar en otros cristianos
algo de lo cual tenemos necesidad, algo que podríamos recibir como un don de nuestros
hermanos y de nuestras hermanas. El grupo canadiense que ha preparado los subsidios
de esta Semana de Oración, ha invitado a las comunidades a pensar en aquello que podrían
dar a sus vecinos cristianos, pero les ha exhortado a encontrarse para entender lo
que todas pueden recibir cada vez de las otras. Esto necesita de algo más. Necesita
mucha oración, necesita humildad, necesita reflexión y continua conversión. Sigamos
adelante por esta vía, orando por la unidad de los cristianos para que este escándalo
termine y no esté más entre nosotros. ¡Gracias!
Llamado del Santo Padre
por la paz en Siria
Hoy se abre en Montreux, Suiza, una Conferencia internacional
de apoyo por la paz en Siria a la cual seguirán las negociaciones que se desarrollarán
en Ginebra a partir de este 24 de enero. Ruego al Señor que toque los corazones de
todos para que, buscando únicamente el mayor bien del pueblo sirio, tan sufrido, no
escatimen ningún esfuerzo para llegar con urgencia a la cesación de la violencia y
a poner fin al conflicto, que ha causado ya demasiados sufrimientos. Deseo a la querida
nación siria un camino decidido de reconciliación, de concordia y de reconstrucción,
con la participación de todos los ciudadanos, donde cada uno pueda encontrar en el
otro no un enemigo, no un contendiente, sino un hermano para acoger y para abrazar.