No es el poder del Imperio sino la fuerza del martirio, el Papa sobre los Apóstoles
Pedro y Pablo
(RV).- (Con audio) A la hora del ángelus el Papa Francisco recordó que todo el Pueblo
de Dios es deudor de la fe de los Apóstoles Pedro y Pablo, y en sus saludos animó
al pueblo Centroafricano a caminar con fe y esperanza.
Texto completo de
la alocución del Papa a la hora del ángelus:
¡Queridos hermanos
y hermanas!
Hoy, 29 de junio, es la fiesta solemne de los Santos Pedro
y Pablo. De modo especial es la fiesta de la Iglesia de Roma, fundada sobre el martirio
de estos dos Apóstoles. Pero también es una gran fiesta para la Iglesia Universal,
porque todo el Pueblo de Dios es deudor de ellos por el don de su fe. Pedro fue el
primero en confesar que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Pablo difundió este anuncio
en el mundo greco-romano. Y la Providencia quiso que los dos llegaran aquí a Roma
y que aquí derramaran su sangre por la fe. Por esta razón la Iglesia de Roma se convirtió,
inmediata y espontáneamente, en el punto de referencia para todas las Iglesias esparcidas
en el mundo. ¡No por el poder del Imperio, sino por la fuerza del martirio, del testimonio
dado a Cristo! En el fondo, es siempre y sólo el amor de Cristo el que genera la fe
y el que impulsa hacia adelante a la Iglesia.
Pensemos en Pedro. Cuando
confesó su fe en Jesús, no lo hizo por sus capacidades humanas, sino porque había
sido conquistado por la gracia que Jesús esparcía, por el amor que sentía en sus palabras
y que veía en sus gestos: ¡Jesús era el amor de Dios en persona!
Y lo
mismo sucedió a Pablo, si bien de modo diverso. Pablo de joven era enemigo de los
cristianos, y cuando Cristo Resucitado lo llamó en el camino de Damasco su vida fue
transformada: ¡Comprendió que Jesús no estaba muerto, sino vivo, y que lo amaba también
a él, que era su enemigo! He aquí la experiencia de la misericordia, del perdón de
Dios en Jesucristo: esta es la Buena Noticia, el Evangelio que Pedro y Pablo han experimentado
en sí mismos y por el cual han dado su vida. Misericordia, perdón; el Señor siempre
nos perdona, el Señor tiene misericordia, es misericordioso, tiene un corazón misericordioso
y nos espera siempre.
Queridos hermanos, ¡qué alegría creer en un
Dios que es todo amor, todo gracia! Esta es la fe que Pedro y Pablo han recibido de
Cristo y han transmitido a la Iglesia. Alabemos al Señor por estos dos gloriosos testigos,
y como ellos, dejémonos conquistar por Cristo. Por la misericordia de Cristo
Recordemos
también que Simón Pedro tenía un hermano, Andrés, que compartió con él la experiencia
de la fe en Jesús. Es más, Andrés encontró a Jesús antes que Simón, e inmediatamente
le habló a su hermano y lo llevó a Jesús. Me agrada recordarlo también porque hoy,
según la bella tradición, está presente en Roma la Delegación del Patriarcado de Constantinopla,
que tiene como Patrono precisamente al Apóstol Andrés. Todos juntos enviamos nuestro
saludo cordial al Patriarca Bartolomé I y rezamos por él y por esa Iglesia. También
los invito a rezar todos juntos un Ave María por el patriarca Bartolomé I, todos juntos:
Ave María...
Oremos también por los Arzobispos Metropolitanos de diversas
Iglesias en el mundo a los cuales acabo de entregarles el Palio, símbolo de comunión
y unidad.
Que nos acompañe y nos sostenga a todos nuestra Madre amada,
María Santísima.
Después de rezar el ángelus el Papa dijo:
Queridos
hermanos y hermanas, con alegría saludo a los peregrinos que han venido de diversos
países para festejar a los Arzobispos Metropolitanos. Rezo por todas sus comunidades;
en particular animo al pueblo centroafricano, duramente probado, a caminar con fe
y esperanza.
Saludo a todos con afecto: a las familias, a los fieles
de tantas parroquias y asociaciones; y, en particular a los de la diócesis de Iglesias,
de la ciudad de Aragona y de Casale Popolo. ¡Feliz fiesta a
todos!